
Y hemos podido recorrerlo gracias al esfuerzo de una sociedad y una clase política que estuvieron a la altura cuando hubo que estarlo. En 1978, ni más ni menos.
Aunque por mi edad no viví conscientemente la Transición, siempre me ha fascinado aquella etapa en la que nuestra democracia actual empezaba a andar. Nacía el sistema de partidos, supuestamente para defender nuestros intereses en nuestra casa común: el Congreso de los Diputados. Desde entonces, poco a poco, esos partidos cuyo mayor activo era la ilusión, han ido convirtiéndose en organismos vivos que sólo se preocupan por su propia supervivencia, alimentándose a base de votos.
En las próximas elecciones generales saldrá al campo un nuevo jugador: Unión, Progreso y Democracia, con las siglas UPyD. Un jugador que como todos los que empiezan aporta fundamentalmente ilusión. Una ilusión que los dos grandes partidos nacionales no pueden ofrecer sin caer en la hipocresía.
He dedicado mucho tiempo a conocer las propuestas de UPyD. Y me han convencido.
Por fin un partido político en España llama a las cosas por su nombre, sin ambigüedades que otros utilizan para captar al mayor número posible de votantes. La ambigüedad como estrategia política y electoral consiste más o menos en lo siguiente: si no me defino demasiado, si no se sabe muy bien lo que propongo, ¡quizás pueda hacerme con el voto de los que piensan blanco y de los que piensan negro!
Pues bien, UPyD parece ir por otra vía. La de tratarnos con respeto. La de decirnos claramente que es lo que van a hacer con nuestro voto.
La cuestión es: ¿está nuestro país a la altura? ¿podremos soportar que se nos trate como a ciudadanos inteligentes a la hora de pedirnos el voto?
El otro día le comentaba a un taxista la posibilidad de votar a UPyD. Su respuesta fue tajante: "Más vale lo malo conocido...". Ese es uno de los grandes males de España, nuestro ultraconservadurismo, a izquierda y derecha. Nuestro "que inventen ellos" aplicado a la política en este caso.
Afortunadamente, ha nacido un partido con el que ahora tenemos la oportunidad de inventar nosotros. Y eso, tal como están las cosas, debe llenarnos de esperanza. De esperanza rosa, muy Rosa.
1 comentario:
En la encuesta falta el voto en blanco:
http://ciudadanosenlared.blogspot.com/2008/02/elecciones-generales-voto-en-blanco-1.html
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